“El fracaso se produce como consecuencia de pequeñas negligencias diarias que se van acumulando hasta provocar un estallido y una ruptura” Robin Sharma.
Lo que el señor Sharma plantea nos hace reflexionar no solo en nuestra vida personal, sino que también es aplicable a lo profesional o empresarial. El trabajo diario de los temas contables y fiscales, se asemeja mucho a la medicina, guardando la distancia de ambas disciplinas. En medicina existen enfermedades que entran en la categoría de “asesinos silenciosos”, siendo las que generan síntomas imperceptibles que con el pasar del tiempo provocan una muerte repentina por desconocimiento o falta de revisión médica regular. En la administración contable y fiscal de una empresa, el día a día puede llegar a ser tan cargado y estresante, que podrían descuidarse por falta de tiempo, tópicos tan importantes como la planificación y la capacitación continua, lo que conlleva a la impericia y eventualmente a descuidos u omisiones.
En el mundo globalizado y cambiante, en el que se ejerce la profesión contable actualmente, existen mayores exigencias técnicas, lo que obliga al autoestudio y/o capacitación continua en la aplicabilidad de las Normas Internacionales de Información Financiera (NIIF Completas y NIIF para PYMES), Control Interno, y adicionalmente el dominio del Código Tributario, Ley de Concertación Tributaria, así como su Reglamento, sus reformas y todas las actualizaciones constantes que se vienen dando en materia contable y fiscal, las que requieren que el contador planee sus registros, de tal manera que no se le escape nada al realizar sus cierres mensuales y del período. La legislación tributaria local se fundamenta en la Contabilidad Fiscal o Principios de Contabilidad Generalmente Aceptados (PCGA), no obstante que los PCGA ya no están vigentes en el país, según el Colegio de Contadores Públicos de Nicaragua.
Es impresionante ver un número considerable de Resoluciones por impugnaciones, defensas o Recursos presentados por los Contribuyentes —como consecuencia de una gestión fiscal a veces rayando en lo deficiente— que son resueltos en la vía administrativa con el “No ha lugar”, es decir, pierde el contribuyente por cosas elementales que denotan descuido, impericia, olvido y falta de dominio del Sistema Tributario Nacional. Estos pequeños detalles, que se van acumulando durante el mes y a lo largo del periodo, estallan cuando surge una auditoría, originando así ajustes cuantiosos que podrían desestabilizar a cualquier Empresa, pudiéndose menguar con el seguimiento, revisión y diagnóstico oportuno de las operaciones de la Entidad.
Estamos conscientes que existen múltiples funciones y atribuciones del área contable, que en el día a día a veces es materialmente imposible que pueda darle seguimiento y revisión integral a todas las transacciones, surgiendo así los errores, olvidos y descuidos, que como todo en la vida tiene sus consecuencias. No obstante, el objetivo debería ser minimizarlos o eliminarlos, dentro de su círculo de influencia, a fin de garantizar dentro del marco de la ley que toda la documentación contable se encuentre correctamente soportada y registrada.
Adicionalmente, al analizar la Ley de Concertación Tributaria (LCT) observamos que es más estricta en el reconocimiento de los costos y gastos deducibles, en relación con Leyes anteriores, el contribuyente y específicamente el área contable, tiene que ser más planificadora, proactiva y garantizar que se cumplan, entre otros, los aspectos siguientes:
Conclusiones y Recomendaciones:
Benjamín Hernández Bojorge
Socio-Director, Asesoría Tributaria S.A. (Atrisa)
Teléfono: +505 2289-4851
Celular: Claro 8824-6521 • Tigo 8953 – 5098
Correo electrónico: benjamin.hernandez@atrisanic.com - info@atrisanic.com
Dirección: Residencial Rubenia, Puente a Desnivel 1 c. al Norte y 1 ½ c. al Este. Managua (Nicaragua)